Trabajamos para crear un futuro de café más sustentable para todos
En el quincuagésimo aniversario de Starbucks, Michelle Burns, que está a cargo del café de Starbucks, y su equipo trabajan para garantizar los mejores resultados para los productores de café y para la tierra en la que se lo cultiva.
En el quincuagésimo aniversario de Starbucks, Michelle Burns, que está a cargo del café de Starbucks, y su equipo trabajan para garantizar los mejores resultados para los productores de café y para la tierra en la que se lo cultiva.
Michelle Burns tiene el vivo recuerdo del viaje que hizo a Colombia en 2018. Mientras el sol se abría paso entre las nubes, ella se adentraba en una región montañosa árida de Caldas, una de las principales regiones productoras de café del país: era un ascenso de dos horas y media por terreno escarpado para después descender a un valle. Allí la recibieron, junto a su grupo, unos 15 productores locales, en su mayoría jóvenes que habían regresado a sus hogares y hacía poco habían comenzado a producir café tras el final de décadas de conflictos armados en la zona.
“Nos contaron sus historias”, recuerda Burns, actual vicepresidente ejecutiva del departamento de Café, Té y Cacao Mundial de Starbucks, “historias sobre conflicto y sobre todas las dificultades que enfrentaba Colombia, historias de irse de la región tras perder a parientes que se dedicaban a la producción de café.
“Habían regresado a recuperar esa tierra. Y les preguntamos: ‘¿En qué podemos ayudar?’”.
El momento —y su posterior moraleja: “la increíble posibilidad de tener un efecto positivo en la vida de la próxima generación de productores y brindarles apoyo”— condujo a la Iniciativa Colombiana de Starbucks llamada “Granos de Esperanza”, una suerte de laboratorio de innovación agrícola y económica en tiempo real.
En la actualidad, hay 100 productores locales de Nariño, Colombia, educándose con lo último sobre clima, técnicas de análisis de suelo y fertilizantes, y procedimientos comerciales y de cultivo del café. Están aplicando innovaciones desarrolladas en Hacienda Alsacia, la finca de investigación de Starbucks en Costa Rica. Y están incorporando nuevas tecnologías, como las ecodespulpadoras, que usan menos agua en el proceso de producción del café.
Lo más importante es que esa experiencia amplió la perspectiva de Burns en cuanto al trayecto del café desde la plantación hasta la taza y le hizo tomar conciencia sobre la importancia y la urgencia de asegurarse de que Starbucks asuma el compromiso de emprender las tareas y hacer las inversiones necesarias para garantizar un futuro sustentable del café para todos, en especial para las personas que lo producen y la tierra en la que trabajan.
Con ese propósito, Starbucks ha abierto 10 centros de apoyo para productores de café en todo el planeta (el más reciente en Brasil), se ha comprometido a proporcionar 100 millones de cafetos sanos a productores de café para 2025, ha brindado acceso a préstamos con intereses bajos a productores de café de regiones en las que los bancos tradicionales no son una opción viable y ha dirigido programas en Guatemala para ayudar a las familias productoras de café a diversificar sus fuentes de ingresos.
Compromiso de tomar menos recursos y dar más al planeta
Starbucks también ha establecido metas de producción de café ecológico con emisión neutra de carbono y un ahorro del 50 % de agua en su procesamiento, ambas para 2030.
“Eso es audaz”, afirma Burns. “El esfuerzo que debe hacerse en cuanto a la metodología y la tecnología, y la combinación de todos los elementos es territorio inexplorado. Nuestra iniciativa es muy ambiciosa y no tenemos todavía todas las respuestas, pero estamos intentando encontrar las soluciones”.
En concreto, Starbucks está concentrándose en reducir sus huellas de carbono y agua en “los primeros diez pies” —a partir de las fincas— y las emisiones de gases de efecto invernadero. Para ello, está equipando a los productores con herramientas agronómicas de precisión, promoviendo y distribuyendo varietales de cafetos resistentes al clima y protegiendo y restaurando bosques en riesgo en zonas cafeteras clave.
Como parte de su estrategia de conservación del agua, está invirtiendo en molinos húmedos ecológicos que pueden ahorrar hasta un 80 % de agua en el procesamiento del café. A la fecha, Starbucks ha ayudado a instalar 12,000 nuevos molinos de ese tipo en el mundo.
“Una piensa en la magnitud de la escasez de agua en todo el planeta. ¿Hay formas en que podamos innovar e identificar y usar equipos que sean mejores para el medio ambiente? En la actualidad, nuestra cadena de suministro tiene más de 200,000 molinos húmedos. Apenas hemos arañado la superficie en lo que respecta al aumento del uso de esta tecnología.
“Veo las posibilidades y me entusiasma el impacto general positivo que podemos tener. Me siento mucho mejor por saber que nunca la conservaremos como exclusiva. Estamos colaborando con otros representantes del sector con el fin de que este trabajo rinda frutos para todo el sector cafetero —y además, espero, el sector agrícola general— porque nos hemos comprometido a desarrollar fuentes abiertas de intercambio”.
El café, de la finca a su taza
Burns sigue teniendo la gran taza de cerámica roja hecha a mano que otro partner (empleado) le regaló hace 26 años: su primera taza de Starbucks. Cuando la sostiene entre las manos, la inundan sentimientos de familiaridad y amistad, comodidad y calidez. Tal como les sucede a tantos otros que tienen un ritual de café, esta taza forma parte del suyo.
Hoy en día, cuando bebe café de esta taza, recuerda la necesidad de relajarse y disfrutar el momento.
Durante 50 años, el café ha sido la esencia de Starbucks, y Burns siempre ha recordado eso, en especial como directiva con alto grado de visibilidad durante épocas muy complicadas —una crisis climática, enfermedades de cosechas como la roya del café, un panorama político muy tenso, una población de productores envejecida, interrupciones en la cadena de suministro debido a la actual crisis de COVID-19, falta de mano de obra y personal—.
“Es importante mantenerse fiel al espíritu y el propósito de nuestra empresa, y al amor por el café y la experiencia que se tiene con él.
Creo que si honramos nuestro legado, nos mantenemos fieles al lugar y el motivo de la fundación de nuestra empresa —muy arraigados en nuestro propósito y nuestros valores, con la aspiración de asegurarnos de que, al final, demos más de los que tomamos—, podemos en verdad buscar hacer realidad nuestras más grandes y audaces aspiraciones”.
Esa forma de pensar llevó a Starbucks a desarrollar una de las primeras normas de abastecimiento ético del sector del café, las Normas de Equidad para Café y Productores (pautas de C.A.F.E. Practices) , un programa de verificación que permite a Starbucks garantizar que adquiere café de calidad mediante procesos éticos de abastecimiento y, al mismo tiempo, ponerse al tanto de las dificultades que enfrentan los productores y las actividades de las cadenas de suministro de más de 30 países productores de café del mundo, para después compartir lo aprendido.
Las pautas de C.A.F.E. Practices consideran más de 200 criterios —calificados por un auditor independiente— de las categorías de transparencia económica, cuidado medioambiental, responsabilidad social y calidad. Starbucks paga bonificaciones sobre el precio de mercado con el fin de contribuir a garantizar la rentabilidad para los productores de café, y también otorga premios monetarios a las cadenas de suministro que alcanzan los rendimientos más altos.
Ese compromiso de permanecer arraigados al propósito y los valores de Starbucks sigue siendo el motor impulsor del trabajo de Burns, en especial como mujer líder en el sector del café, bien se trate de las iniciativas de priorizar el planeta, la asistencia a los productores o la divulgación entre nuestros clientes de todo el proceso de producción del café.
“Solo hace falta pensar en la magnitud”, dice Burns. “¿Cuántas manos tocan el café durante el proceso? ¿Cuántas millas hay desde la plantación hasta una de nuestras tiendas? Es increíble… Eso debe integrarse a todas nuestras formas de trabajar, pensar y actuar. Trabajamos para asistir a 400,000 productores, así como trabajamos para asistir a 400,000 partners”.
Dado que Starbucks compra alrededor de 800 millones de libras de café al año, que es alrededor del 5 % del café del mundo, Burns dice: “la posibilidad de tener un impacto positivo en la vida y el sustento de los productores y sus comunidades es enorme.
La gente nos ha visto durante décadas esforzarnos por hacer las cosas bien, hallar soluciones y brindar mucha ayuda a los productores y sus comunidades. Confían mucho en nosotros y nos dan la oportunidad de contribuir a dirigir la discusión sobre cómo garantizar un futuro sustentable del café para todos. Eso es tanto un privilegio como una responsabilidad, pero es muy importante que cumplamos con nuestras metas.
Cuando pienso en ese desafío y veo qué requiere y el camino que nos espera, siento que debemos hacerlo. Debemos ser valientes y debemos liderar y establecer aspiraciones audaces para recorrer el camino que pueda crear un futuro mejor para las personas que cosechan café y sus familias, y garantizar que la belleza y el arte y el ritual que es el café siga permaneciendo en nuestras culturas durante muchísimas décadas”.